Un Dios que llama, capacita
El primer día del resto de mi vida fue el día en que creí en Cristo, en su regalo de amor. Decidí que le iba a servir y dedicar mi vida a compartir con otros el evangelio porque comprendí que así ayudo a otros. Mi mayor problema era que lo único que yo sabía del Evangelio era que Jesús murió por mí en la Cruz.
En mi afán de servirle, Dios puso en mi corazón estudiar más acerca de su Palabra. Un día alguien me invitó a conocer el Seminario Bíblico Guatemalteco y estando ahí supe que era el lugar al que Dios me estaba llevando. Pero, tomar la decisión no fue fácil, pasé horas sentada en una banca del Seminario Bíblico Guatemalteco (SBG) revisando mi presupuesto y considerando lo que representaba entrar al programa de estudios en residencia.
Asi que en el año 2015 inicié mis estudios en el Seminario. Estudié en el SBG por cuatro años. Esos cuatro años me brindaron el conocimiento que buscaba de la Palabra de Dios. Me enseñaron que todos los días sigo aprendiendo y que el crecer en conocimiento no es solo obtener un título.
Durante mi estadía en el SBG fui capaz de ver el mundo desde otra perspectiva y servir a Dios y a mi prójimo tal y como Pablo nos enseña. Mi paso por esas aulas formó mi carácter, mi vida espiritual, mi mente; porque en el proceso tuve que aprender a confiar aún más en las promesas de Dios. Era creer que, aunque mi familia no estaba de acuerdo con mi decisión ahora tenía una familia que entendía mi llamado y me estaba apoyando en el proceso.
Muchas veces quise abandonar, pero hoy puedo decir, que me alegro de haber podido llegar a la meta. Pasar por momentos difíciles a nadie le gusta, pero entiendo que esos tiempos son necesarios, porque es ahí donde el Señor comienza a hacer de nosotros: vasijas nuevas. También hubo muchos momentos de alegría y aprendizaje. Entendí y valoré todo el esfuerzo y cariño por parte de los profesores. Me llevó a disfrutar y aprovechar cada clase. En suma, sí en el SBG pasé pruebas, periodos de adversidad, alegría, recibí amor e hice amigos. Y Todo eso solo fue la preparación del terreno para salir al campo y trabajar. Porque la empatía, amor, paciencia, cariño y preparación académica que recibí en el SBG ha sido todo lo que he necesitado para poder llevar el evangelio a otros. En esos cuatro años Dios trabajó en mi vida de una forma asombrosa, y en cada momento decisivo que afronté en mi proceso de formación Dios reafirmó que Él me había elegido y que tenía un propósito para mí.
El propósito para el cual Dios me creo fue transmitir el mensaje de salvación a todas aquellas personas que aún no han sido alcanzadas por el evangelio y reflejar el amor de Cristo.
Y hoy solo quiero decirte a ti que me estás leyendo que, si tienes ese llamado a servir a Dios, a prepararte para ser un siervo de tiempo completo, ¡no lo dudes!, toma la decisión y prepárate, aun cuando creas que no eres capaz o que no sabes nada de Biblia o cuando creas que no eres útil, si Dios te llamó, Él te capacita, te prepara en conocimiento y sobre todo Él ya sabe para qué le vas a ser útil.
Silvia Victoria Lira, Licenciada en Biblia y Ministerio con énfasis en Educación Cristiana. Promoción 2015-2018.
Acerca de Victoria. Participó en en octubre del 2018 en la capacitación misionera de EOPLAT en Albania. Sirve en el discipulado de adolescentes en su iglesia.