MOTIVACIONES A LOS CRISTIANOS DESDE LA NARRACIÓN DE LUCAS 21 – ESPERANZA EN MEDIO DE LA PANDEMIA

Se observa que Lucas tiene interés particular en mostrar una teología del templo, su Evangelio inicia y culmina con escenas dentro del Templo (Lc 1:5-25; 24:52-53). Lucas 21:7-36 refleja una inclusión literaria del tema del Templo que se halla entre los versos 5-6 (El tema de la destrucción del Templo) y 37-38 (itinerario ministerial de Jesús dentro del Templo) porción que muestra el final de los tiempos. Se puede considerar en este caso que el templo es tomado como centro de atención e ícono escatológico.

         La porción conformada de los versos 7-35 presenta eventos futuros partiendo desde la realidad y teología del templo del primer siglo. En esta parte del capítulo 21 se presenta una respuesta a dos antítesis de la figura del templo; por un lado, la perspectiva judía-farisea en donde este se tiene como lugar de morada exclusiva de Dios y por otra parte la de Jesús y sus discípulos como reloj de Dios en la historia de Israel y de su Pueblo. En el capítulo 21 de Lucas también se presenta la descripción del templo en su momento como ícono religioso (5-6) y la descripción de la actitud de Jesús con respecto a las prácticas de los religiosos hacia las viudas (cf. 20:48; 21:1-5). Para Jesús el centro de oración ya no es necesariamente dentro del templo sino las afueras de este (Lc 21:37-38), de igual forma, el templo ya no es el símbolo escatológico del reinado de Dios o el centro de interacción por antonomasia entre Yahvé y su pueblo. La consumación de los tiempos no es dentro del templo (cf. Is 2:1-4; Hag 1:9), es por la manifestación en los cielos del Hijo de Dios (como contemplan los seguidores su ascensión al cielo en Hechos 1:10-11) antecedido de otros eventos que incorporan el cumplimiento de la llegada de la consumación del Día del Señor.

         Uno de los datos que Jesús menciona como advertencia a los discípulos acerca de la proximidad de la consumación escatológica, es la aparición de personas utilizando la afirmación plagiada de las expresiones “Yo soy”, y “El tiempo está cerca” (NBLH).[1] La primera frase tiene que ver con la identidad propia de Jesús, probablemente aludiendo al tetragrámaton del AT (cf. Jn 18:5-6). Una frase que sobresale en Lucas 21:7-35 es “está cerca” que en la mayoría de las ocasiones Jesús la utiliza para dar a conocer la llegada inminente (inauguración) del reino mesiánico (cf. Mt 3:2; 4:17; 10:7; Mr 1:15; Lc 10:9, 11). Esto puede sugerir que junto a las intensiones preventivas de Lucas para Teófilo (cf. Lc 1:1-4), también podría reflejar que ya para el tiempo de Lucas pudiera estarse viendo este tipo de escenas y personas utilizando tales expresiones, para las cuales Lucas reacciona, dando a conocer que Jesús lo había predicho algunas décadas con anterioridad.

         Otro de los datos literarios dentro de esta narrativa es notar que la frase “ha llegado” que se utiliza en el verso 20 es la misma del verso 8 (está cerca), presentando la llegada irreversible de la destrucción de Jerusalén. Pareciera que hay un paralelo de ideas, en donde los falsos mesías dictan la llegada del tiempo del reinado del Mesías como un tiempo pacífico, cuando es todo lo contrario, es el cumplimiento de la profecía en contra de Jerusalén y de la destrucción de su centro religioso – El Templo - (cf. Is 3:8; Jr 28) como señal de juicio.

 

Señales cósmicas y globales (vv. 9-11)

         La frase “pero cuando oigan” en el verso 9, remarca una contraparte de lo que viene desarrollando el autor (véase la conjunción “pero” en este caso). Además, el hecho de remarcar un verbo de este tipo presenta la posibilidad accesible a los discípulos de escuchar los rumores y de experimentar los eventos expuestos por el Maestro. Esto puede dar la connotación que las sediciones o conspiraciones para el tiempo de Jesús pudieron ser latentes, como también en el tiempo de Lucas. La frase “no sucederá inmediatamente” (NBLH) en el verso 9 (traducido del griego literalmente “inmediatamente no [es] el final”), presenta la preparación de los discípulos por parte de Jesús y de la advertencia al destinatario de Lucas, para no ver la escena contemporánea el fin, como algunos falsos cristos estaban anunciando (v. 8), o bien, como la mayoría de maestros de profecía antiguos enseñaban que eran señales del fin hasta una última guerra.[2] Desde la perspectiva de Jesús todos los eventos que él cita,  eran la antesala de la consumación escatológica.

         El verso 10 connota una señal de juicio como lo presentan algunos pasajes del Antiguo Testamento en donde se describe luchas internas y externas entre naciones como resultado de juicio (2 Cro 15:6; Is 19:2). De los versos 9 al 11 se puede contemplar una creciente manifestación de eventos que anuncian la destrucción del Templo, de acuerdo a la pregunta que le hacían a Jesús en el verso 7 sus discípulos. Pareciera en este caso que el lenguaje de Jesús es un tanto exagerado a los oídos de sus primeros seguidores, pero para el tiempo que escribe Lucas muchas manifestaciones de ese tipo pudieron ya experimentarse (cf. Hech 8:1; 11:19; 11:28; 16:26).

 

Persecución de los apóstoles (vv. 12-19)

         En esta parte Jesús describe el sufrimiento que sus discípulos sufrirían. En el libro de Hechos, Lucas detalla algunas de esas persecuciones (Hech 5:17-18; 7:54-8:3; 12:1-5).[3] Ante esto se muestra el costo del seguimiento a Jesús, pues en estos pasajes se notan los conflictos interno-familiares y sociales que pueden venir como resultado de la fe en Jesús.

 

La caída de Jerusalén (VV. 20-24)

         El verso 20 es la respuesta a la pregunta que los apóstoles le hacen a Jesús, se ilustra el momento en el que será la caída de Jerusalén. La imaginería de Jesús al narrar de forma dramática la caída de Jerusalén (v. 21) hace alusión a la profecía de Oseas 9:7 al pronunciar el vaticinio hacia Jerusalén antes de la llegada de los Babilonios. El hecho de mencionar los montes de Judea, refleja la búsqueda de lugares seguros pues dichos montes como dice Keener: “era el único lugar para evadir a los ejércitos invasores”.[4] En el v. 24 se puede también notar el lenguaje de Jesús haciendo referencia a la forma cruel que utilizaban los ejércitos invasores al conquistar tierras, los lectores judíos quizá lo vinculaban con Jeremías 21:7. El verso 22 refiere a otras profecías de destrucción en contra de Jerusalén (cf. Jer 6:1–8; 26:1–9; Miq 3:12).[5] Si Lucas se escribió luego del año 70 d.C., la destrucción del Templo de Jerusalén fue la mayor evidencia del cumplimiento de la profecía hecha por Jesús lo cual confirmaba sus demás pronósticos.

El retorno Jesús (VV. 25-36)

       El hecho que Jesús en estos pasajes utilice Hijo de Hombre, sin duda alguna puede figurar a un título propio que Lucas cita a lo largo de su Evangelio que se había convertido en el lenguaje cristológico de los primeros cristianos, y que describe la personalidad de Jesús con identidad divina (cf. Dan 7:13; Jn 1:1-3). Pareciera que los versos 25 y 26, presentan una conmovedora escena del día de Jehová del Antiguo Testamento, día de lamento y de juicio para las naciones y para Israel (cf. Is 13:10; Ez 32:7; Jl 2:31; Ap 1:7; 6:12-13).

         En el verso 28 se usa nuevamente la frase “se acerca” (como lo traduce LBLH, pero en griego la misma que se usó en el verso 8 y 20), dicha frase presenta la idea de estar de pie frente a una puerta, esta expresión se complementa con el verso 32, en donde Jesús aclara que la misma generación verá los eventos prolegómenos o iniciales del retorno del Hijo del Hombre. Esto implicaba que Jesús está dando por inauguradas las señales antesala a su Segunda Venida con esta profecía, tomando como referencia el ambiente social lo cual lo figura con la parábola de la higuera en los versos 29-31.

Reflexiones finales

El mundo en marzo del 2020 es marcado con la aparición del Coronavirus, lo que pudo llevar a unos a ver esto como parte de las señales escatológicas. Pero si se considera así o no, ciertamente lo escatológico no es algo situado al lado del cristianismo, sino que es, sencillamente, el centro de la fe cristiana, el tono con el que armoniza toda ella, el color de la aurora de un nuevo día esperado, color en el que aquí abajo está bañado todo[6] (Jürgen Moltmann). Luego de reflexionar en Lucas 21:7-35, el retorno inminente del Señor Jesucristo, aparecen ciertas encomiendas en Lucas 21:36 dirigidas a los seguidores de Jesús, dichas encomiendas son palabras que pueden hacer eco para nuestros días. La Biblia Latinoamericana de Hoy, traduce el texto de la siguiente manera:

            “Pero velen en todo tiempo, orando para que tengan fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y puedan estar en pie delante del Hijo del Hombre.”[7]

 

Jesús desenlaza su discurso escatológico dejándonos algunas consideraciones:

 

  • Mantener constancia en la apreciación y vigilancia de los tiempos y de los eventos. La historia es el escenario de apreciación de la manifestación de Dios y del cumplimiento de su palabra.

 

  • La práctica constante en la oración y devoción para ser fortalecidos en medio del dinamismo social y sus vicisitudes.

 

  • Solamente la devoción y la oración al Señor permiten mantenerse constantes en la esperanza en medio de la tribulación.

 

  • Las fuerzas de los seguidores de Jesús se revitalizan en la constante comunión con el Maestro, que aún cuando todo parezca un mundo en desorden, todo encamina hacia el cumplimiento al retorno del Hijo de Dios.

 

  • El templo tanto en el primer siglo como tiempos actuales, puede ser un ícono de la fe en Dios pero eso no implica que fuera de él no pueda haber un encuentro genuino con Dios a través de su Hijo Jesucristo.

 

Referencias Bibliográficas

[1] Craig Keener plantea que los falsos cristos eran comunes y reunieron gran número de seguidores judíos en Palestina hasta la época de Bar Kochba, a quien se le califico como Mesías por el año 130 d.C. Craig Keener, Comentario al Contexto Cultural de la Biblia, Nuevo Testamento, edición en español (Mundo Hispano: El Paso, 2003) 243.

[2] Keener, Comentario al Contexto Cultural, 243.

[3] John D. Barry et al., Faithlife Study Bible (Bellingham: Lexham Press, 2012, 2016).

[4] Keener, Comentario al Contexto Cultural, 244.

[5] John D. Barry et al., Faithlife Study Bible.

[6] Jürgen Moltmann, Teología de la Esperanza, séptima edición (Salamanca: Sígueme, 2006), 20.

[7] Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (La Habra: The Lockman Foundation, 2005), Lc 21.36.

 

Acerca del autor

Asael Illu es Licenciado en Biblia y Teología. Graduado del Seminario Bíblico Guatemalteco de la promoción 2008-2011. Actualmente es maestro adjunto del Seminario Bíblico Guatemalteco, Director del Instituto Bíblico Evangélico E-Learning y Pastor Asociado de Misión Evangélica Independiente.